A veces es necesario hacer una división entre dos territorios; y no me refiero para nada al ámbito territorial, si no al territorio personal; como tu mundo y el mío, mi espacio y el tuyo.
Tu libertad acaba donde comienza la mía.
¿Eso lo tenemos claro no?
Entonces ¿por qué nos cuesta tanto reivindicar nuestros espacios, nuestras libertades, decisiones y nuestras energías?
Sin duda hay mucho detrás que analizar y dependiendo de cada persona, los motivos pueden ser uno o varios.
Éste sin duda es el tema por excelencia, o de los temas que más nos cuesta.
Cuando estoy en sesión trabajando éste tema, suele ser un momento complicado y delicado porque nos toca muchos «botones».
Pero sin embargo, si quieres apostar por el cambio no queda otra que ajustar límites.
Atenta/o porque para cerrar Septiembre;
Este será el tema de la semana.
¿Preparado/a?



¿Recordáis el post de ayer?
¿Recordáis que los límites no tienen porqué ser algo negativo?
Pues estamos de acuerdo en esto.
los límites sirven para muchas cosas son más bien positivos que negativos.
Otra cosa es que por nuestras creencias y por nuestra cultura no se nos haya enseñado a darle un enfoque distinto y a saberlos manejar correctamente.
Ahora bien, no te voy a mentir, no es algo que se puede hacer fácilmente, es algo que se aprende y en el proceso de aprendizaje nos encontramos con muchos duelos, (ahora ya sabes lo que son duelos porque te lo he contado)
Marcar límites a veces supone el separarte de personas, el que no te acepten, a veces supone sentirte más solo o sola, a veces supone temblar, a veces implica descubrirte en nuevos horizontes.
Pero sin duda son una forma de amor, propio y ajeno.
¿Tienes problemas para marcar límites?
¿Esto te genera conflictos personales?
Te acompaño.
Existen muchas situaciones en nuestro entorno, en nuestra relaciones con otros/as, que nos generan malestar.
Esa sensación de malestar o esa emoción negativa normalmente no se va sola, sino que se va acumulando hasta hacernos sentir realmente incómodos/as.
De modo que lo sano es poder identificarlo validarlo y después gestionarlo.
Gracias a la PNL podemos calibrarnos mejor y conectar mejor con esas emociones.
Por otro lado también nos ayuda ampliar el mapa mental ante una circunstancia.
Y así finalmente poder accionar desde un estado más regulado y conectado con nuestro verdadero propósito.
Se puede sanar a través de los límites, debemos empezar a reprogramar la idea de qué son negativos.
¿Empezamos?.
Cuando no sientes que estás en el lugar, o en la forma adecuada; a veces separarse es la solución.
Es el punto de partida donde podemos comenzar a buscar cuál es nuestro lugar realmente.
Cuál es la forma en la que queremos ser y estar.
Es el lugar donde podemos comenzar a sanar.
Donde podemos estar realmente conectados/as con nuestra esencia.
Dónde podemos encontrar equilibrio, poder regularnos.
Donde sentimos que no se nos da valor o no nos estamos dando valor; respeto, reciprocidad.
Aceptación.
Vete.
Por eso los límites son el primer paso hacia la sanación.
Si te cuesta poner límites.
Te acompaño.